Por qué es importante aprender jugando
El juego es uno de los aspectos más importantes de la educación de los niños. Desde los primeros años hasta la adolescencia y hasta la edad adulta, el juego nutre y desarrolla la variedad de habilidades que nos permiten ser agentes poderosos de nuestras propias vidas y contribuyentes positivos a nuestras comunidades.
El mundo actual es complejo e incierto, y las exigencias para «navegarlo» con éxito se están volviendo cada vez más intrincadas y al mismo tiempo esenciales. Tenemos una necesidad urgente de empoderar a nuestros niños para que tengan éxito en un mundo así, y aprender a través del juego es una de las formas más significativas de lograrlo.
La investigación científica muestra que el juego es fundamental para el desarrollo positivo de los niños y para su capacidad de desarrollar las habilidades que necesitarán en el futuro.
Desafortunadamente, ¡el juego corre peligro! El aumento de la escolarización está eliminando el juego en los primeros años y en las escuelas hay un mayor enfoque en la retención de conocimientos y la preparación para las pruebas estandarizadas desde una edad muy temprana. En los hogares, los padres y cuidadores pueden no comprender completamente la importancia del juego. Ésta es una situación grave.
Los niños necesitan una gran variedad de habilidades
En el futuro, será menos importante para los niños retener grandes cantidades de conocimientos obtenidos mediante el aprendizaje de memoria. En cambio, necesitarán habilidades como la creatividad, la colaboración y el pensamiento crítico en mayor medida que antes en combinación con habilidades más tradicionales como lectura, escritura y matemáticas. Sin embargo, continuamos empujando a nuestros hijos a los sistemas educativos desarrollados para nuestros abuelos. Sistemas caracterizados por una enseñanza adaptada para aprobar pruebas estandarizadas que, en el mejor de los casos, no nos dicen nada sobre el verdadero potencial de nuestros hijos y, en el peor de los casos, les impiden alcanzarlo.
Necesitamos revertir esto, y podemos hacerlo convenciendo a los padres, los responsables de la toma de decisiones y los políticos, de que aprender a través del juego permite a los niños convertirse en los aprendices creativos para tener éxito en la vida. Vemos una conciencia emergente de la naturaleza cambiante de las habilidades que los niños necesitan. Pero la práctica se queda muy atrás a medida que continuamos educando a los niños para un mundo que ha sido y no para el mundo como es hoy y será mañana.
Un mundo que cambia rápidamente
Nos encontramos en una encrucijada en la que la rápida aparición de, por ejemplo, la inteligencia artificial (IA), el aprendizaje automático, la robótica y los disturbios sociales exigen que reconsideremos qué es lo que los niños necesitan aprender y cómo deben aprenderlo.
Según McKinsey Global Institute, el 45% de las actividades que se les paga a las personas por realizar en los EE. UU., ya podrían automatizarse utilizando tecnologías disponibles en la actualidad. En la fabricación, el servicio de alimentos, el alojamiento y la venta minorista, el 78% de las tareas laborales podrían automatizarse en este momento.
Pero no solo los trabajadores de nivel básico o de bajos salarios se verán afectados. Hoy en día, el 50% del tiempo dedicado a las industrias de finanzas y seguros se dedica a la recopilación y procesamiento de datos, el 60% de los cuales ya se pueden automatizar.
McKinsey estima que para 2030 hasta 375 millones de personas, o el 14% de la fuerza laboral mundial, necesitarán volver a capacitarse o mejorar sus habilidades. ¡Para los países desarrollados y avanzados, este número puede llegar a un tercio de los trabajadores!
Los datos también sugieren que los jóvenes cambian de trabajo con más frecuencia, 4 veces antes de los 32 años. Esto exige una mayor flexibilidad y una gama más amplia de habilidades.
Como padres, maestros y tomadores de decisiones, debemos darnos cuenta de que debemos nutrir y desarrollar las habilidades humanas que nos distinguen de las máquinas y computadoras en lugar de tratar de emularlas. Al llevar el juego de manera mucho más generalizada a la vida de los niños, podemos desarrollar la creatividad, la colaboración, la comunicación y el pensamiento crítico que son clave para el éxito futuro de los niños como individuos y como parte de sus comunidades.
Fuente: The LEGO Foundation para Educativa Robotics